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En la valoración clínica del equilibrio empleamos escalas específicas de equilibrio, estático, dinámico y de marcha (p.ej. Tinetti, Berg, Stand up & go, Tandem, Romberg, Barany, Dynamic Gait Index), para poder obtener una descripción funcional y valorar los avances con la rehabilitación. Pero siendo la estabilidad una función multimodal, en la que participan los sistemas vestibular-visual-propioceptivo, cuando el paciente presenta inestabilidad no siempre es fácil determinar cuál de ellos está alterado o en qué medida. Conocer esto es fundamental para poder establecer un adecuado programa de rehabilitación.

La posturografía es una herramienta complementaria a la valoración clínica, que sirve para establecer un diagnóstico funcional y que también se puede emplear como biofeedback para la rehabilitación. Aporta la siguiente información:
- mide el control postural mediante el centro de presiones
- da un patrón que indica, en caso de patología, qué función sensorial está afectada y en qué medida
- el grado de compensación de los otros 2 sistemas, cuando uno de ellos está afectado
- discrimina patrones normales de patrones afisiológicos (tiene valor médico-legal)

Algunas de las pruebas de posturografía son:
- Reparto de cargas
- Límites de estabilidad
- Patrón disfuncional (somatosensorial, visual, vestibular o multisensorial)
- Romberg con ojos abiertos y ojos cerrados, sobre superficie firme y sobre superficie de foam,
- Estancia unilateral
- Control rítmico del movimiento lateral y antero-posterior
- Marcha

El pasado sábado asistimos en las instalaciones de la Fundación Vírgen del Pueyo al curso Posturografía: rehabilitación vestibular y del equilibrio, impartido por la Dra. Noelia Herrero (Médico rehabilitador) y el Dr. Jesús Fraile (Otorrinolaringólogo, H.U. Miguel Servet).

Fuente ilustración: http://zl.elsevier.es/ 
En la foto: valoración de una paciente con síndrome de Menière.

En un próximo post comentaremos cómo nos ha ayudado el posturógrafo con una paciente.