Handicap social tras un daño cerebral adquirido
Los trastornos del neuro-comportamiento comprenden, sobre todo en los casos de traumatismo craneoencefálico, toda una serie de cambios cognitivo-conductuales que disminuyen el grado de autonomía y de participación social de la persona.
Las personas más allegadas describen frecuentemente al familiar afectado como si éstehubiera sufrido un gran cambio de la personalidad. La agresividad y las desviaciones de orden sexual son típicos ejemplos de estas conductas inadaptadas, a las que se añaden de manera global importantes alteraciones emocionales. Ello provoca unos grados de estrés y de fatiga emocional muy importantes en la estructura familiar.
El porcentaje de pacientes que presentan estos comportamientos problemáticos, severos y persistentes es importante. Dichos trastornos hacen que las personas que los reproducen no puedan obtener un seguimiento normalizado ni en rehabilitación ni en el entorno propio. El resultado de ello es que el número de personas afectadas, sean derivadas a residencias, unidades de psiquiatría e incluso la prisión, lugares en los que es totalmente imposible otorgar el acompañamiento socio-sanitarios que requerirían.
A menudo, la mayoría de interacciones sociales que experimenta este colectivo de personas es un círculo negativo en el que a raíz de un comportamiento inadaptado, éste se intenta remediar de manera bastante violenta, causa posible por la que éste comportamiento inadaptado se consolide sucesivamente.
En las unidades especializadas de rehabilitación neuro-comportamental, se considera que el comportamiento problemático del afectado es una consecuencia directa de la lesión física del cerebro, pero sobre la que el entorno, incapaz de facilitar a estas personas oportunidades en las que conseguir un comportamiento social adaptado, juega un papel muy importante.
Estas unidades especializadas, no anodinas en otros países, se caracterizan por proporcionar, desde un enfoque psico-social y a través de un seguimiento interdisciplinar, un entorno facilitador de comportamientos adaptados para combatir el complejo “hándicap social”.
Las intervenciones se basan en técnicas confirmadas de aprendizaje condicionado y métodos no aversivos bajo los que se regulan programas individualizados que pretenden:
- reducir la frecuencia de comportamientos inadecuados y producir cambios conductuales duraderos en el tiempo
- fortalecer las habilidades funcionales, cognitivas y sociales del paciente, a través de programas de intervención terapéuticos
- formar y dar apoyo a los cuidadores a nivel del razonamiento, el trato y el manejo de las personas que desarrollan estos comportamientos sociales problemáticos
Sería ideal poder considerar como no utópico, la existencia consolidada de este tipo de unidades especializadas en nuestro entorno próximo.
Publicado por Hugo Esteban Monge
Terapeuta Ocupacional en INEAVA