Pruebas complementarias de la disfagia: la nasoendoscopia y la videofluoroscopia
En entradas anteriores ya habíamos hablado de 2 herramientas para la valoración clínica de la disfagia: en una de ellas hablábamos de la Método de Exploración Clínica Volumen-Viscosidad (MECVV) y en la otra sobre el uso del pulsioxímetro.
En esta ocasión queremos hablar de otras pruebas complementarias. En este caso ambas son pruebas instrumentales y las realiza un médico: la videofluoroscopia y la nasoendoscopia. Ambas aportan al terapeuta de la deglución una valiosa información sobre las funciones alteradas en el acto de la deglución para poder orientar su intervención.
La VIDEOFLUOROSCOPIA es una prueba de radioimagen. Es una evaluación dinámica, es decir, gracias a ella se puede observar la manipulación del bolo desde que este se introduce en la boca, hasta que se forma el bolo y se deglute, y su entrada al esófago; permite el seguimiento de los movimientos de la boca, faringe y laringe. Se puede valorar la duración de cada fase deglutoria y el tiempo total necesario para una deglución completa. Permite valorar la capacidad de manipular bolos de diferentes consistencias y volúmenes (si la deglución es eficaz o por el contrario está retrasada o quedan restos de alimento). También se puede valorar con exactitud la cantidad de material aspirado a vía respiratoria y el momento en que se produce la aspiración. Así mismo sirve para evaluar la de las estrategias compensatorias para la deglución.
Aquí os dejo un vídeo en el que se hace la prueba con alimento sólido y líquido (de contraste radiológico). Se puede observar, entre otras cosas, el retraso en disparar la respuesta de deglución, la persistencia de restos de alimentos en la cavidad oral y faríngea, así como la aspiración de líquidos:
La NASOENDOSCOPIA sólo nos permite observar directamente el vestíbulo laríngeo (por encima de epiglotis), pero la información que nos da nos permite sacar conclusiones sobre lo que ocurre en las fases pre- y post-deglutorias. Directamente se observa si al deglutir quedan restos de alimento en la pared faríngea, vallécula epiglótica (retención), si el alimento fluye a orofaringe antes de haber deglutido, o incluso si el alimento penetra a vestíbulo laríngeo (penetración o aspiración), o si por el contrario la deglución es segura.
También os dejo un vídeo, en el que se aprecia la retención de saliva y de alimento líquido (en color azul) en el espacio valecular previa a la deglución, la consiguiente penetración y aspiración a vía respiratoria del mismo; asimismo se valora la hiposensibilidad de la zona y la debilidad del reflejo tusígeno:
Esperamos que los vídeos os hayan resultado interesantes.
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Bibliografía
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- Nüsser-Müller-Busch R. Die Therapie des Facio-Oralen Trakts. 3ª ed. Berlin-Heidelberg: Springer Verlag; 2011.
- Sahrmann S. Diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del movimiento. 1ª ed. Badalona: Mosby; 2002.
- Schalch F. Schluckstörungen und Gesichtslähmung. Therapeutische Hilfen. 5ª ed. München-Jena: Urban & Fischer Verlag; 1999.
- Susanibar Chávez F, Parra Reyes BD. Diccionario terminológico de Motricidad Orofacial. 1ª ed. Madrid: EOS Universitaria; 2011.