Tratamiento de la parálisis facial
Hoy queremos presentar de qué forma trabajamos la parálisis/paresia facial en nuestro Instituto. Nuestra intervención se basa en los conceptos de Castillo-Morales y de Coombes (FOTT).
La paresia facial de origen central (la afectación ocurre en la 1ª motoneurona) se manifiesta con una debilidad de la musculatura perioral (la mitad inferior de la cara) del lado contralateral a la lesión.
La paresia facial periférica (la afectación ocurre en el núcleo del par craneal facial o en el propio nervio facial), a diferencia de la anterior, afecta a toda la hemicara ipsilateral a la lesión.
Foto fuente: www.plusesmas.es
La intervención comienza con la EVALUACIÓN de la región orofacial. Esta incluye, en primer lugar, la observación de la musculatura de la mímica de ambos lados de la cara, tanto en posición de reposo como en movimiento: además de la asimetría facial por la debilidad del lado afecto, hay que observar si existen compensaciones y sincinesias en el lado sano. Mediante la palpación facial e intraoral y solicitando determinadas praxias faciales, valoramos el tono de la musculatura de ambas hemicaras. También valoraremos si está afectado el sabor (puesto que el nervio facial se encarga de la percepción del sabor de los 2/3 anteriores de la lengua); y qué funciones básicas están afectadas (comer, beber, escupir, soplar...), así como en qué medida la paresia facial afecta a la participación de la persona, p.ej. en el desempeño de su trabajo.
Nuestro TRATAMIENTO está guiado por los siguientes principios:
- No trabajaremos en simetría hasta que no haya suficiente actividad en el lado afecto (así evitaremos reforzar el lado sano, que podría tener como consecuencia un aumento de la asimetría facial e incluso la aparición de movimientos asociados no deseados).
- Es necesario fomentar la propiocepción del lado sano, y para ello el paciente ha de tomar conciencia de cuándo activa la musculatura. Se pueden emplear las manos del terapeuta o las del propio paciente, colocadas suavemente sobre la musculatura, como feed-back. Inicialmente evitamos el uso de un espejo, ya que éste da información visual pero poco ayuda a fomentar la propiocepción.
- Se normalizará el tono facial estimulando la hemicara afecta y relajando la hemicara sana. Para ello emplearemos técnicas como el estiramiento del músculo o la estimulación de las zonas motoras de la cara (mediante presión, deslizamiento y vibración), que según se realicen servirán para la regulación del tono en uno u otro sentido. También ayudará al paciente la asociación del movimiento que se le solicita, con una emoción ("abrir los ojos como cuando nos dan una sorpresa").
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