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En sesión clínica nuestro Terapeuta ocupacional cuestionó la importancia de la validez ecológica de las pruebas que evalúan la función ejecutiva.

La realidad indica que las pruebas clásicas de evaluación de la función ejecutiva aportan información psicométrica y sobre la lesión, pero que, por logeneral, tienen poco valor predictivo en cuanto al funcionamiento ecológico real de la persona (p.ej. buen resultado en las pruebas, y mal funcionamiento en contextos reales, y viceversa). 
Esta discrepancia se debe a que la evaluación clásica consta de pruebas de corta duración, realizadas en contextos cerrados, en las que se plantea un único problema cada vez (no hay multitarea), y con una importante orientación del evaluador. Y todo esto dista bastante del rendimiento ejecutivo necesario para resolver situaciones cotidianas reales del día a día (se estima que las pruebas clásicas de evaluación de la función ejecutiva sólo corresponden al 18% del rendimiento necesario en la vida real).

El enfoque ecológico del paciente considera al paciente desde un punto de vista más holístico, y se aleja de la concepción analítica de las funciones cognitivas (este repercutira, lógicamente, a la forma de evaluar y de tratar al paciente). 

El "Test de los recados múltiples" (1991, Shallice & Burges) es una prueba que evalúa la función ejecutiva en contextos reales, con tareas reales y determinadas consignas. En esta prueba se valoran los errores que la persona realiza, tanto en la interpretación de las consignas como en el seguimiento de las mismas, así como la conducta mostrada en su ejecución.
Ha demostrado ser una prueba de gran validez ecológica y gran fiabilidad inter-examinador.

También presentó el "Executive Function Performance Test" (EFPT), una prueba estandarizada de la función ejecutiva, en la que se analiza aquello que la persona sí puede realizar; también comentamos el "Test de los seis elementos" cuya versión modificada es una de las seis subpruebas de la BADS.