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Artíclo

SÍNDROME DE LATIGAZO CERVICAL

En esta entrada vamos a hablar del Síndrome de latigazo cervical, una patología muy frecuente en nuestros días que puede llegar a provocar gran incapacidad en la persona que lo padece y que ocasiona elevados costes sanitarios debido a la prolongación y cronicidad de los síntomas.

La causa más frecuente es la colisión trasera en un accidente de tráfico (80% de los casos), lo que origina que la región cervical experimente un movimiento de hiperextensión, primero, seguido de una hiperflexión. Esto provoca distintos tipos de lesiones, no solamente a nivel cervical, sino también en dorsales, lumbares, pelvis pudiendo quedar afectados, además del sistema musculoesquelético, otros sistemas (sistema visceral, cráneo-sacro...). De modo que, para establecer un tratamiento adecuado y evitar secuelas a medio y largo plazo, es necesario tratar todo el cuerpo, desde las lumbares hasta el cráneo y no sólo centrarse en la región cervical.  Para ello es importante realizar un correcto diagnóstico de las estructuras afectadas. En primer lugar, hay que realizar unas radiografías para ver si existe algún tipo de fractura y, posteriormente, se debe valorar la clínica presente a través de una anamnesis y una exploración física.

La clínica del latigazo cervical puede ser muy diversa e incluye un gran número de signos y síntomas: dolor cervical, debilidad y falta de fuerza, cefaleas, acúfenos, vértigos,  parestesias, trastornos psicológicos (ansiedad, trastornos del sueño, etc.), disfunción de la articulación temporo-mandibular, trastornos visuales…

MECANISMO LESIONAL

Tras el choque posterior se producen unas fuerzas de tracción vertical del tronco que levantan el sacro en relación con los ilíacos provocando una compresión axial en dirección craneal y generando una coaptación de las carillas articulares. Seguidamente, el cuello sufre una hiperextensión frenada por el reposacabezas del asiento del coche. Esto origina una rectificación de la lordosis cervical ocasionando fuerzas de cizallamiento en los niveles articulares inferiores (c5-c7). A continuación, se produce una fase de rebote donde la cabeza y el tronco se proyectan hacia delante, el cuerpo termina por separarse del asiento y es fijado por el cinturón de seguridad. Aquí el cuello experimenta una hiperflexión, lo que genera grandes tensiones durales y un fuerte estrés en la musculatura paracervical y dorsal.

Entre los distintos tipos de lesiones que nos podemos encontrar están la afectación del complejo ligamentoso (luxación de las carillas vertebrales o incluso rotura de ligamentos), lesiones discales, afectación de toda la musculatura ventral y paracervical (ECOM, escalenos, largos del cuello, etc.), también puede aparecer una hemorragia intramuscular, lesión ATM, aplastamientos del cuerpo vertebral, fracturas, lesión en raíces nerviosas, lesión en la medula espinal, y, en casos de trauma potente puede incluso dar lugar a hematoma retrofaringeo pudiendo provocar disfagia o afonía, etc. Además, en casos de choque lateral se producen lesiones lumbares en un 42% de los casos según Rosner (1982).

Además, existen factores que pueden influir en el pronóstico de la lesión: posición de la cabeza en el momento del impacto (si está rotada las lesiones suelen ser más importantes) presencia de manifestaciones neurológica o la patología previa de columna cervical.

CLASIFICACIÓN

Para la clasificación de las lesiones se suele emplear la Québec Task Force, reconocida internacionalmente,  que distingue 5 grados de afectación:

  • Grado 0: no existen signos/síntomas ni cervicalgia.
  • Grado I: cervicalgia sin signos clínicos objetivables.
  • Grado II: cervicalgia unida a signos musculoesqueléticos.

- A: dolor sin limitación del rango articular.

- B: dolor con limitación del rango articular .

  • Grado III: cervicalgía con
  • Grado IV: síntomas en región cervical y fractura o luxación cervical. Requiere tratamiento quirúrgico.

TRATAMIENTO

Los objetivos del tratamiento fisioterapéutico son restablecer la movilidad y funcionalidad del conjunto de vértebras y resto de los sistemas alterados.

Durante la primera fase, que dura aproximadamente 8 días, trataremos de disminuir la inflamación, aliviar el dolor, inhibir los espasmos musculares. Podemos emplear  termoterapia, crioterapia y movilizaciones suaves. También se pueden emplear aparatos de electroterapia como son las corrientes analgésicas (TENS), microondas, laser, ultrasonidos, magnetoterapia. El reposo e inmovilización de la columna cervical con collarín no debe ser muy prolongada. Algunos estudios demuestran que es mejor la retirada precoz del collarín ya que el reposo lleva rápidamente a atrofia por desuso y esto aumenta la incidencia de complicaciones.

En la fase subaguda, que dura aproximadamente hasta las 14 semanas, trataremos las zonas en disfunción articular a través de la terapia manual con objetivo de liberar tensiones osteomusculares y ligamenteosas, aumentar la movilidad, normalizar el estado de compresión vertebral, tratar las alteraciones neurológicas, armonizar el sistema cráneo sacro, visceral, etc. También en esta fase y, posteriormente, en la de remodelación, que dura hasta los 12 meses, es importante reeducar aquellas posturas que puedan provocar dolor y reforzar la musculatura a nivel profundo tratando de equilibrar el tono agonista-antagonista a través de ejercicios propioceptivos y de fortalecimiento.

BIBLIOGRAFIA

  • Fernández de las Peñas, César; Palomeque del Cerro, Luís; Fernández Carnero, J.  Manual treatment of post-whiplash injury.  Journal of Bodywork & Movement Therapies.  2005.
  • Crouch R, Whitewick R, Clancy M, Whight P, Thomas P.  Whiplash associated disorder: Incidence and natural history over the first month for patients presenting to a UK emergency department.  Emergency medicine journal: EMJ. 2006; 23 (2):114-8.
  • F.J. Juan García-  Síndrome asociado a latigazo cervical.  Revista Clínica Española. 2004. 204:326-3. Vol. 204. Núm. 6.
  • J. Espinosa Carrasco. Efectividad del tratamiento osteopático en pacientes con latigazo cervical. Rev fisioter (Guadalupe). 2008; 7 (1): 03-12
  • Escuela de osteopatía. Whiplash injuries.

Publicado por María García Segarra

Fisioterapeuta en INEAVA especializas en rehabilitación adultos