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Artíclo

Activación mediante el movimiento y la música. Tocar instrumentos musicales (3 de 4)

En el taller de activación mediante el movimiento y la música también empleamos instrumentos musicales.

Los instrumentos rítmicos (que son los percutidos), a diferencia de los instrumentos melódicos, son más fáciles de manejar. Agitando o percutiendo el instrumento, el usuario puede producir sonidos fácilmente, sin necesidad de conocer en profundidad dicho instrumento. Con ellos es muy fácil acompañar el ritmo de casi cualquier canción.

Ejemplos de instrumentos:

  • Maracas
  • Clave
  • Shaker
  • Güiro
  • Pandero
  • Pandereta de platillos
  • Crótalos
  • Triángulo
  • Cascabeles
  • Ploque de madera

Para la sesión con instrumentos musicales proponemos la siguiente secuencia:

  • Saludo inicial: hacemos una primera ronda en la que el terapeuta toca el tambor y dice su nombre, pasando a continuación el tambor a cada uno de los integrantes del grupo para que ellos también lo percutan después de decir su nombre.
  • Presentación de los instrumentos: en el centro del grupo se disponen todos los instrumentos, y cada usuario elige uno (si fuera necesario, la terapeuta también podría seleccionar un determinado instrumento para cada usuario). El usuario explora libremente el instrumento. Quizá lo conoce y sabe ya como tocarlo, o quizá no lo recuerda o lo desconoce, y descubre, en su manejo y por la función inherente de los objetos, cómo se toca. Por función inherente al objeto queremos decir que, por sus propiedades de forma y material, una baqueta, por ejemplo, incita al agarre y al golpeteo con su extremo.
  • A la hora de explorar el instrumento, también se pueden dar pautas al grupo. Algunas ideas pueden ser:
    • Tocar muy suave; tocar muy fuerte (modular volumen)
    • Tocar muy despacio; tocar muy rápido (modular velocidad)
    • Dividir el grupo en dos, de modo que mientras unos tocan los otros han de esperar (inhibición y expectancia)
    • Tocar sólo los instrumentos de metal; o sólo los de madera (clasificación)
    • Repetir (cada uno con su instrumento), un ritmo que es pautado por la terapeuta; a algunos usuarios se les podrá pedir que sean ellos los que pauten el ritmo que han de seguir sus compañeros
  • También se podría dar la opción de explorar uno o varios instrumentos más.
  • A continuación, se pueden emplear los instrumentos para acompañar una melodía o canción que resulte familiar a los usuarios (p.ej. “El cóndor pasa”, https://youtu.be/M_gSydN_BYM ).
  • Con usuarios en una fase menos avanzada de demencia, se podrían proponer actividades más complejas con los instrumentos que requieran más habilidades cognitivas. Por ejemplo asociar un color a cada grupo de instrumentos de modo que cuando la terapeuta levanta el pañuelo de ese color sólo han de tocar aquellos que correspondan a ese grupo.
  • Finalización: realizar un procesamiento verbal de la sesión con preguntas del tipo ¿qué te ha gustado más? ¿por qué? ¿qué instrumento te ha llamado más la atención? ¿cómo te has sentido?

Otra forma muy interesante de hacer música es empleando el propio cuerpo. Silbar, chasquear la lengua, chasquear los dedos, dar palmas, golpear la palma de la mano con sólo uno o dos dedos de la otra mano, dar una palmada sobre la rodilla, golpetear el suelo con la punta del pie, golpear el suelo con todo el pie como dando un pisotón… ¡son muchas las posibilidades! Y descubrir qué cantidad de sonidos se pueden hacer con el cuerpo y acoplarlos a los sonidos de los demás puede resultar una actividad muy interesante divertida para todos.

 

Bibliografía consultada:

Mariane Eisenburger, “Aktivieren & Bewegen von älteren Menschen”. 2012. 7ª edición. Meyer & Meyer Verlag. Aachen.

Publicado por Mercedes Fernández Doblado